La casa al final de Needless street de Catriona Ward

 ¿Te gusta el terror?

¿Y las mentes perturbadas?

¿Adoras los giros de guion?

Esto es una barbaridad.

Hoy os traigo la primera novela de Catriona Ward que he leído: la casa al final de Needless street. He conocido a la autora en tres fases. La primera en el grupo de Redkey donde algunos de sus integrantes la adoran y siempre hablan maravillas de ella. Por tanto, mi primera referencia es "que hay que tenerla en cuenta". La segunda fue en el Celsius, donde vi su entrevista con Cristina Macías, y donde me pareció una reina; por último leyendo su obra, donde tengo que rendirme completamente a la evidencia: tenían razón. 

La obra arranca con la desaparición de una niña pequeña durante una excursión al lago hace once años. Los protagonistas son Dee, la hermana mayor de la desaparecida que sigue buscándola, y Ted, un chico bastante rarito que tiene problemas de integración, y que fue uno de los sospechosos de haberla raptado. En principio, lo que se presenta como un thriller al uso, pronto empieza a desmarcarse en algo diferente. A través de los ojos de cada uno de los protagonistas y sus problemas, iremos descubriendo que pasó realmente aquel día en el lago. 

Lo más interesante (para mí) ha sido el punto de vista de Ted. Una mente trastornada y torturada que malvive con su hija en una casa precaria y sin apenas recursos. En algunos momentos me ha evocado a figuras como Ed Gein; sin embargo, me ha parecido interesante el viaje guiado hacia su locura. Conocer es amar, dicen. Y conocer a Ted genera una empatía que pugna constantemente con el terror de saber que todo está mal. Porque si de algo va esta novela es que va de personas rotas.

Voy a seros sincero, durante la primera mitad del libro, no sabía qué diablos estaba leyendo. Porque, aparte de estos dos puntos de vista, tenemos a Olivia, la gata lesbiana y católica de Ted, que nos va describiendo lo que nadie ve dentro de la casa. Como un punto de fuga a través del cual se dibuja el contorno de Ted. Poco a poco, y pasando a través de cientos de trampas narrativas, se va descubriendo qué hay detrás de cada personaje.

¡Fak!

Si consigues superar esta primera curva de estupefacción, y dejas que la autora te lleve y te traiga por donde ella quiere, jugando, escondiendo información para manipular tus prejuicios... Termina por llegar la recompensa. 

Quede por delante que me flipan los narradores no fiables, y bien es cierto que la autora ha conseguido crear un cuadro de Escher, con escaleras infinitas y giros constantes a través de un intrincado diseño de luces y sombras; pero llega al punto de ser "engañosa" y frustrante en más de una ocasión. Aunque le reconozco la maestría de saber usar los prejuicios del lector en favor de crear ese efecto de sorpresa y giro constante. 

Por otro lado, no deja de ser un libro bastante duro, con escenas bastante crudas. Hay revelaciones que no quería leer y que mi mente prefería no saber, pero no podía dejar de mirar fascinado y asqueado a partes iguales. De nuevo, chapó por la autora al saber jugar con los sesgos del lector.

La autora es una Cabriona

Catriona ha creado un espectáculo de sombras chinescas, donde sus personajes son linternas, y utiliza su haz de luz para iluminar una faceta de la historia cada vez, arrojando diferentes sombras de un mismo objeto/personaje. Cómo en el mito de la caverna de Platón, donde tú como lector intentas dar sentido a la historia a través de esas sombras cambiantes, para darte cuenta de que cualquier interpretación es solo parcial y muy probablemente errónea. 

Aquí hay controversia porque al final la autora está jugando contigo durante toda la lectura y llega un punto donde no solo los narradores son no fiables, sino que la misma autora te está haciendo la zancadilla mientras te saca el dedo corazón a pasear. Y aquí es donde está tu criterio como lector: o te gusta o lo odias.

Giros de guion que te rompen esquemas en cada "faking" capítulo.

En resumen, si eres de esas personas que se jactan (o se quejan amargamente) de ver venir el final de las novelas, esta es tu prueba de fuego. La autora es increíblemente hábil y "tramposa" a la hora de trasladarnos los hechos y llevarnos por donde quiere, e ir proporcionando sorpresas (no siempre agradables) a lo largo del libro.

Nada es lo que parece en la historia, y el uso de los prejuicios y sesgos del lector como un elemento más a tomar en cuenta en el juego, me ha parecido fascinante.

Desde aquí no puedo más que rendirme ante la habilidad de Catriona Ward. Y agradecer a Cristina Macias por su entusiasmo durante la presentación en el Celsius que consiguió que mi mujer sea ahora una conversa

Lo que más me ha gustado:

  • Los giros inesperados.
  • Las decenas de teorías que te montas en la cabeza, pero no terminas de dar con la tecla.
  • La explicación final de la autora de por qué está escrita así la novela.

Lo que menos:

  • La primera mitad que no terminas de tener claro qué está pasando.
  • Que a veces se pasa de frenada con tanta trampa, puede llevar a que dejes de leer. 

¡Ay los gatetes!


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